Mientras saltaba, Emi tenía la piel de gallina, no
porque hiciera frío, sino porque estaba muerta de miedo. Aunque no había
visto al tiburón, lo imaginaba perfectamente: el cuerpo, la boca, los
dientes, la mala baba... Y temblaba de pánico de pensar que estaba tan
cerca de ellos y que les podía hacer daño, sobre todo a Max. ¿Y si
atacaba a Max? Emi se decía por dentro: " que no le haga nada, por
favor, que no le haga nada".
Gra6!!
ResponEliminaGra6!!
ResponEliminaEstrella, cuan penjaràs un altre dictat?
ResponEliminaEstrella, cuan penjaràs un altre dictat?
ResponEliminaMaria, tranquila que ja posara un! Jajaja
ResponEliminaMaria, tranquila que ja posara un! Jajaja
ResponElimina